Buscar este blog

miércoles, 7 de marzo de 2012

Trae veneno en sus labios.

Carla :
me siento un ángel caído, una pequeña sed de ambición brota en mi, cada día prometo ser una mejor persona, antes de acostarme digo: bueno ya es hora de cambiar tengo que portarme bien conmigo misma, tengo todo lo que quiero estoy a gusto  y bla bla bla, amanece y sigo con la misma actitud, basta con que salga  a la calle y vea a alguien simpático de mi gusto, y ya quiero tenerlo, no me interesa si es ex de una amiga o un novio de una prima, no me fijo en esas cosas que se supone son las primordiales, tengo una sed de deseo por un hombre bello, chico que me guste chico que quiera tener, nunca estoy satisfecha con lo que tengo, basta que aparezca otro para seguir con mi rutina de Casanova . a veces pienso en lo que me pueda pasar por todo el mal karma que existe en mi, eh mi corta vida de apenas 18 años eh hecho tantas cosas malas, no eh respetado a nadie, ni siquiera yo me respeto, la ambición me está destruyendo a mi corta edad, es algo inevitable solo quiero tenerlo todo sin importar como lo obtendré. Yo tengo novio y siento que lo amo, cuando estoy con el estoy tan feliz, es casi completo. Pero por qué no puedo entregarme por lo menos al 80% ¿? , que pasa conmigo que no puedo ser fiel, hace unos meses atrás Salí con unas amigas, nos fuimos a una reunión yo estaba aburrida por que no había ningún chico que me agrade, no habían presas que casar, de pronto una de ellas (fabiana) me propuso irnos sin pensarlo acepte, salimos de la reunión caminamos algo de dos cuadras en busca de una tienda, la encontramos y llamo a uno de sus amigos, mientras yo  me intoxicaba con cigarrillos, quedo con un de ellos y me dijo que tomáramos un taxi que iríamos a su casa, junto con nosotras dos vinieron 3 chicos mas, brothers de la facu . subimos al taxi vacilamos al chofer , yo reía sin saber a dónde me dirigía, llegamos a un lugar algo extraño para mi, cuando baje del auto vi que se acercaba un chico, apenas lo vi me fascino me encanto todo de él, sus ojos, sus labios, su nariz, su estilo, hasta su forma de caminar, de lo que andaba distraída dije no!, este es mío, yo siempre callada y mostrándome tímida al principio no hablaba nada, dos me mis amigos se fueron, quedamos cuatro, fabiana, Ricardo ( su ex ), yo y el papasito que me conquisto. Llegamos a una tienda compramos trago, en el camino se nos cayo regresamos por mas, yo coqueteaba con el chico sutilmente, el no me dejaba de mirar yo ya sabía que también le parecí atractiva, llegamos a la casa y nos pusimos a beber, yo suelo marearme fácilmente por eso no quería beber mucho, no quería hacer el ridículo, me senté a una esquina y el chico que me gusta se sentó al lado, estábamos a gusto los cuatro platicando y platicando, cuando abrí y cerré los ojos ya estábamos en confianza algo mareados, al menos yo ya estaba hecha!! , no recuerdo cómo pero comenzamos a platicar solo los dos no se dé que .. pero estaba fascinada , de pronto el me mira y me besa yo no lo pensé dos veces y le seguí el beso, nos besamos prácticamente en la cara pelada de nuestros dos amigos que por supuesto se quedaron sorprendidos por que no había pasado ni media hora de avernos conocido por primera vez.  Seguíamos besándonos, recuerdo a verme tapado con una sabana de Bob esponja que estaba ahí, mis amigos nos molestaban, nosotros estábamos en nuestro mundo beso y beso. Luego ya no pude mas necesitaba ir al tocador, en otra ocasión me hubiera dado vergüenza parar una rico beso por tener que ir a orinar pero lo hice, dije bueno necesito ir al baño, me pare y todo me daba vueltas, no sé como llegue al baño, pero cuando di la vuelta el me había perseguido hasta ahí. Nos miramos por dos segundos fijamente, y se acerco con una actitud perversa hacia mí, me cogió de la cintura y me beso de una manera tan apasionada que en antes que sus labios toquen los míos ya estaba totalmente excitada, lo bese como a nadie, sentía que todo mi cuerpo temblaba de felicidad, nos besamos intensamente por dos minutos luego paramos, y entre al baño el nuevamente me siguió cerró la puerta, continuamos con los besos, luego me empujo contra la pared, me toco las piernas de una manera irresistible, cuando me había dado cuenta ya no traía ropa interior, me la saco y lo hicimos, de todas las formas en todas las posiciones, en un solo baño para una sola persona.  No sé por cuánto tiempo estuvimos ahí pero yo estaba totalmente agotada, el chico me destrozo se podría decir, fue el mejor sexo de mi vida y fue en un baño de una casa que ni sabía de quien era, yo necesitaba orinar pero no le podía decir nada, moría de vergüenza parar por eso, no le dije nada solo me aleje y me vestí lo más rápido que pude. Recuerdo a verle metido una excusa diciendo que vayamos a ver qué están haciendo nuestros amigos allá afuera. Salimos totalmente satisfechos, cuando llegamos a la sala, fabiana y su ex estaban totalmente privados y ebrios, como sabia que estaban ebrios? Pues había vomito por todos lados, era algo asqueroso. El comento algo sobre que después lo limpiaba, no tomamos importancia, yo me moría de frio y de sueño eran casi las 6 de la mañana, el me sugirió que me eche al sofá, lo hice y el todo lindo jalo una silla y se puso exactamente a mi lado, no recuerdo bien, pero creo que estaba temblando el me tapo y me quede dormida por unos segundos, luego me despertó y me dijo que bajáramos a su habitación, una vez ahí nos tratamos como si fuéramos novios de 3 o 2 años, teníamos una confianza tremenda era algo tan lindo, me sentía enamorada lo cual era imposible porque al tipo lo acababa de conocer.  Nos quedamos profundamente dormidos, cuando desperté casi me vuelvo loca, ya se me había pasado el efecto del alcohol, y estaba en una habitación que no recordaba cómo había llegado, abrazando a un tipo que no conocía pero claro que estaba muy muy guapo, pero ósea? No sabía que estaba haciendo ahí recordaba algunas cosas obvias, pero no del todo. Lo primero que hice fue ver la hora, ya eran las 12 am. Lo desperté, que por cierto parecía un niño durmiendo, uf me enamore. Lo levante y él me mando una sonrisita picara, yo me ruborice y le dije que tenía que irme, subimos en busca de los otros dos, encontré a fabiana ya despierta echando carcajadas a más no poder, era obvio que se reía de mi, ya que estaba totalmente ida pero satisfecha. Nos despedimos y tomamos el primer taxi que paso, ya en el taxi le conté todito mi amiga solo de reía por que no creía lo que había hecho.  Ya casi a mitad de camino me preocupe ya que no avise que no llegaría a dormir, llegue a casa y casi me botan, pero les di una que otra mentira de excusa y asunto arreglado. Pero hasta ahora no eh vuelto a ver a ese chico pero lo tengo que volver a ver. Y esa son una de las tantas experiencias que tengo, no puedo dejar de portarme mal, no sé qué hacer, tal vez necesite terapia.


Yo los amo, y tú?






viernes, 26 de agosto de 2011

complicado

Siempre pensé que sabía lo que realmente quería, pero extrañamente desde que te tengo aquí todo eso se me escapo de las manos, este sentimiento extraño difícil de digerir no me tiene tranquila, a veces quisiera poder tener la respuesta correcta a lo que yo siento por ti, se que estando contigo no me importaría a costarme con el, se que en cualquier momento yo te puedo hacer infiel sin tener compasión sin ni siquiera pensar en el remordimiento, se me da la oportunidad no lo pienso y simplemente lo hago y jamás me arrepiento, pero a pesar de eso en una parte de mi mente y en un pedazo de mi corazón siento que te amo? Pero como puedo amarte si soy capas de hacer esto y mas sin ni siquiera pensar en ti o del daño que te puedo causar, todo es tan confuso solo quisiera poder tener la respuesta correcta a este sentimiento no claro que siento hacia ti, se que si me dejas no podría soportarlo o al menos eso pienso, cuando siento que te pierdo me vuelvo loca no pienso no duermo, solo quiero ir y buscarte y no permitir que me dejes, por ratos pienso que eres lo único que quiero y que no quisiera jamás verte lejos de mi, últimamente te me escapas de las manos y yo solo pienso en como poder retenerte siempre a mi lado, es tan enfermizo saber que si no estas conmigo, yo como no bebo no duermo no juego no nada, eso significa que te amo? No lo se,  pero se que si estas a mi lado puedo hacerte daño sin siquiera pensar en el daño que te causo pero también se que si no estas conmigo no hago mas que buscarte y siento que no puedo hacer nada sin ti, es tan complicado saber que te amo pero no me importa en dañarte, entonces eso no seria amor? O si, no lo se solo quiero encontrar una respuesta sensata a esto que yo siento por ti.

domingo, 13 de marzo de 2011

¿ El amor no existe ?

El amor no existe. Es una idea que me ha costado digerir pero, después de muchos años, la he comprendido, abrazado y adoptado como mía. Desde que somos pequeños nos enseñan a pensar que ese conjunto de desequilibrios fisiológicos que experimentamos cerca de aquellos que nos atraen, física o intelectualmente, se llama amor y que es capaz de mover montañas; que es necesario para poder tener una relación de pareja exitosa; que si nunca hemos amado, entonces, no hemos vivido; que los besos sin amor saben a desgano; que el mejor sexo, es el sexo con amor; en fin, una retahíla de quimeras que no trae nada positivo consigo.

En nombre del amor se atropella, engaña y decepciona, incluso se asesina; se han escrito tantas canciones de amor, como estrellas hay en el universo; tantos libros como gotas de agua en el mar; tantos poemas, refranes, tratados, teorías, tanto de esto, de aquello, tanto de todo que la gente termina perdiendo hasta la última gota de sentido común. El desequilibrio emocional, la pérdida de control, un constante estado de letargo y una torpeza extraordinaria, son los síntomas que invaden a todas las víctimas de esta atroz invención humana.

No tiene caso negarlo, mucho menos mentir al respecto. Yo también fui su víctima. Yo también llegué a estar embriagada por esa idea de “amar” a alguien y en nombre de ese sentimiento fui capaz de hacer cosas que no considero, ni consideraba entonces, correctas o dignas; pero nada de eso importaba si a cambio podía mantener a mi lado a esa persona que me daba lo que tanto había anhelado, que me hacía sentir todo eso que siempre había querido… pero todas las historias, cuentos y relatos tienen un final; todas las ilusiones se esfuman cuando las salpica la más mínima gota de realidad; los sueños, las esperanzas, todo eso que acompañaba a la efímera idea de “estar enamorado”, todo se evapora dejando una amarga carga de vacío, un olor a desesperanza, y un empalagoso deseo de venganza. Nos invade la desesperación porque no sabemos cómo recuperar eso que perdimos; entonces pasamos del letargo de la ilusión, al aturdimiento de la aversión; de la dulce torpeza del distraído, al vulgar descuido del abandonado; todo esto consecuencia de haber alimentado indiscriminadamente, tal como nos enseñaron, a ese fantasma con grillete que resulta el “amor”.

El amor no existe. No es un ingrediente indispensable para la receta de la felicidad. No es la última Coca-Cola del desierto. No lo inventó la reina del arroz con pollo. No hace que las mañanas sean más o menos frías, o que las noches sean más cortas o menos largas. No nos hace mejores, pero puede hacernos peores. No ganamos nada cuando lo aceptamos, pero perdemos todo cuando se nos escapa de las manos. ¿Por qué razón arriesgarlo todo por algo tan etéreo, cuando nos podemos garantizar la felicidad eterna planificando nuestro futuro con precisión científica? ¿Por qué abrir las puertas al desequilibrio sentimental, cuando la seguridad emocional nos espera a la vuelta de la esquina?

El amor no existe. Por lo menos no en esta vida, no en este planeta, no en esta realidad. No existe en la profundidad de su mirada. Nunca ha estado en la ternura de sus besos, ni en el calor de sus caricias. No se esconde en mi cabeza cuando recuerdo su respiración, ni camina por mi espalda, como lo hacen sus dedos, cuando no está. No alimenta de suspiros mis pulmones, porque no deambula la ciudad. No acelera mi corazón porque no le doy cuerda, ni dejo la rienda suelta para que paste a libertad. No. Yo no.
si quires quererme
me puedes querer
si quieres odiarme
me puedes odiar
pero hay una cosa
que no vas a lograr
y es que te cambie
por mi libertad.




 

Entre el alcohol y algo mas'

Princesa de todos mis palacios
Si me pudieran dar a elegir
Como y donde yo quisiera morir
Contestaría acostado
Feliz de estar a tu lado
Victima de un sexo exagerado
Sonriendo, mirando el techo
Con tu cabeza en mi pecho
Sabes, me cuesta hacer este viaje
No, no es que no tenga esperanza
Yo confío mucho en tu enseñanza
Vos confía, confía en mi aprendizaje
Y si para nuestro amor
No encuentro un buen adjetivo
Es por que te amo mucho, mucho mas
Del te amo que te digo
Entre el alcohol y algo mas
Quede moribundo
Cansado ya de soñar
Y hoy puedo hacer la canción mas hermosa del mundo
Y besarte al despertar
Tengo un amigo en españa q es cantautor
No me conoce pero nos llevamos bien
Hizo una canción se llama y sin embargo
De esa canción yo ya no me puedo hacer cargo
Por q habla de ser infiel
Aun amando con locura
Lamento decir esto
Pero por fin se equivoco Joaquin...
Yo controlaba este juego
Al principio era el dueño
Firmaba cualquier papel
Y hoy sos la protagonista de todos mis sueños
Soy esclavo de tu piel


domingo, 20 de febrero de 2011

El centro de la nada

Ese día tenía cosas que hacer, claro que tenía cosas que hacer. Desde quedarme en mi cama dejándome dominar por la modorra, hasta sentarme  a escribir. Tenía cosas que hacer, pero por algún motivo quise hacer otra cosa. Sentí, no sé por qué, que tenía que huir, ir lejos, alejarme de lo de siempre y hacer algo diferente y eso hice. Me subí al auto, puse un CD de Pink y manejé rumbo a ninguna parte.
Como era previsible, me perdí. Me perdí en una zona fea (porque de haber estado en una zona segura no me hubiese percatado de que estaba perdida), y tuve miedo de que me asaltaran, así que dejé el carro en una playa de estacionamiento y caminé. Caminé, caminé con música en los oídos y sin miedo a que me robaran el Ipod, y cuando levanté la mirada me di cuenta de que estaba en el lugar más improbable para una chica de veintidós, relativamente bien vestida y con cosas pendientes por hacer. Levanté la mirada y me di cuenta de que estaba en el mero Centro de Lima.
Lo reconocí por la horrible estatua de San Martín y su caballo. Esa estatua llena de caca de palomas. Tuve frío y me senté en una banca de por ahí y pensé que si hubiese sido una paloma, no hubiera dudado en cagarle en la cara a ese loco disfrazado de héroe.
Me fui sola al Centro de Lima. Qué van a decir mis amigos cuando les cuente, pensé luego. Pero ya estás acá, me dije. Decidí seguir caminando, y por lo tanto perdiéndome, en esa mini ciudad olvidada llamada Centro de Lima. Seguí caminando y pronto me encontré en el Jirón de la Unión y me detuve frente al Club Nacional y le dije hola en silencio y seguí caminando por ahí, dejando que el azar le dijera a mis pies por dónde ir, dejando el miedo atrás, olvidando que estaba sola, que tenía el Ipod en la mano, que me podían robar, que mi carro estaba en una playa de estacionamiento cualquiera. Me metí por una calle que me llevó a un mercado gigante. Era como un enorme recinto, con cientos de tiendas, una tras otra, pegaditas, gente caminando de aquí para allá, hombres tatuados repartiendo volantes, afiches, invitándote a entrar a su tienda, a su restaurante. Me detuve en medio del camino y observé los acabados que adornaban las puertas de las tiendas y me di cuenta de la historia que escondíamos mi país y yo.
Nunca antes me había interesado por la historia, pero en ese momento no podía dejar de maravillarme ante lo evidente. Ahí había habido algo mágico y por un momento no pude creer que la gente actuara tan normal, es decir indiferente, ante lo que estaban viendo mis ojos.
Eran las casas antiguas. Mis ojos dejaron de ver a la gente gritando, a los hombres tatuados, a los mendigos pidiendo limosna a gritos. Mis ojos dejaron de ver todo eso y retrocedieron cincuenta años. Dejaron de ver las tiendas como tiendas y volvieron a verlas como lo que eran: las casas de la gente más adinerada de Lima.
Las puertas de madera noble, los acabados barrocos y detallistas, las casas con puerta en forma de arco y un patio y pileta en medio. Seguí caminando y me topé con la Catedral. Le guiñé el ojo, sin saber por qué. Seguí caminando y vi el hotel Bolivar. Entré y pedí un pisco sour catedral, en honor a la Catedral que acababa de ver (era lo mínimo que podía hacer). Me senté en la barra y miré a los mozos y me pregunté si, cincuenta y tantos años atrás, le hubiesen servido un pisco sour a una chica sola y en jeans. Sola y en jeans. Cartera cruzada y mente volada a causa del brebaje espumoso. Miré a mi alrededor y pensé: todo esto está detenido en el tiempo. Imaginé a los hombres en sombrero, a las mujeres en vestido. Imaginé un hombre en el piano y unas cuantas parejas bailando. Imaginé a los desadaptados, a los chiflados, a los lunáticos. A los fumadores de pipa, de marihuana. Me puse de pie y salí y seguí caminando y pasé por una playa de estacionamiento y entonces imaginé a los amantes furtivos, a la clase alta escapando del teatro, amándose clandestinamente en sus autos, haciendo lo prohibido, rompiendo las normas en secreto.
Luego seguí caminando y vi los balcones. Imaginé a una mujer bella de vestido largo y moño alto vigilándome adusta desde ahí. Viendo a la gente pasar. Aprovechando la infraestructura, las lunas de los balcones para poder mirar sin ser vistas. Imaginé a hombres en carretillas, otros a pie vendiendo turrones amarillos y revolución caliente. Imaginé a los hombres saliendo de sus trabajos, buscando alguna forma de “movilidad” para ir a sus casas, a los fieles en la puerta de las iglesias, rezando con devoción, tocándole los pies al santo. Imaginé a los escritores, a Martín Adán en el Cordano. Imaginé qué hubiese pasado si tú y yo hubiésemos vivido en esa época.
Hubiese sido todo muy difícil. Si hubiésemos vivido en aquellos años elegantes y puritanos, hubiéramos sido amantes furtivos, como los que imaginé al pasar por la playa de estacionamiento. No nos hubiésemos podido amar tranquilamente. La sociedad no nos lo hubiera permitido. Tú fumando marihuana, yo bailando rock and roll. No, no se hubiese podido. Hubiera tenido que amarte en silencio. Hubiese pasado el tiempo y hubiera tenido que soportar a Velasco y el detestable régimen militar. Lo hubiese odiado, me hubiese vuelto loca. Hubiese huido de casa y quizás de ti y terminado como aquel hombre que pedía limosna a gritos. O llena de tatuajes de tu cara, repartiendo volantes por ahí. No me hubiese conformado con quererte un poco, a escondidas, a medias. Conociéndome, me hubiese arriesgado. Hubiese sido capaz hasta de usar unos jeans rotosos y agujereados sólo por rebelarme, para estar contigo.
Pero tú no. Tú no te hubieses rebelado, tú no te hubieses alocado. Hubieses aceptado ser el amante del estacionamiento. Hubieses jugado a eso, no te habrías puesto los pantalones, de eso estoy segura.
Te hubieras quedado mirando cómo los militares construían los primeros edificios y te hubieras quedado con los brazos cruzados, viendo como tu ciudad se ensuciaba y lo nuestro se iba a la mierda. A tus padres le hubiesen quitado sus tierras y tú hubieses huido, como siempre sueles hacer.
Me hubieses dejado en la puerta del teatro, literalmente con los crespos hechos, porque así era como se peinaba la gente en esa época. Con esos rulos y moños extraños que enredan el pelo de tal forma que uno pasa más tiempo desarmándolos que armándolos.
Me hubieses dicho que no me querías ver más y hubieses soñado conmigo todas las noches, como aún sigues haciéndolo.
No hubieses dejado que te cante mis canciones preferidas. Que me ponga cariñosa frente a otros. Que te cante y que te baile.
Te hubieses prendido un porro a escondidas y a lo mejor hubiésemos fumado juntos.
Hubieses sido el hombre en pijama. El hombre que sale por la puerta falsa.
¿Hubieses huido en tren? ¿Hubieras guardado una foto mía en blanco y negro? ¿La hubieses doblado por la mitad? ¿Te la hubieras guardado en el bolsillo?
Y yo, ¿ yo qué hubiese sido? No lo sé. Quizás la chica de los jeans oscuros, la chica rock and roll, la chica que se resalta, camina y se pierde por quererte, porque al final, lo nuestro terminó siendo como el Centro de Lima. Diferencia de clases, huidas, golpes. Y lo que quedó fue suciedad y polvo. Quizás una puerta mal pintada, o quizá  la nada misma.